miércoles, 20 de abril de 2016

Catar un vino: FASE VISUAL

En una cata de vino hay tantas percepciones como persona, y donde unos sentimos aromas a fresas otras la sienten a mandarinas, donde unos vemos una astringencia moderada otros la ven alta, y donde unos vemos acidez otros notan frescura. El color también es importante, y en la fase visual observaremos diferentes percepciones que nos harán ver gran cantidad de distintos tonos y matices.


Con respecto a la fase visual de la cata de un vino debemos de analizar cinco elementos.

Se define como brillantez la capacidad que tiene un vino para reflejar la luz. Es grato que un vino tenga brillantez, y que su capacidad para reflejar la luz sea alta.
Para analizar su brillantez es necesario inclinar la copa, verla desde arriba y moverla para ver cómo el vino refleja la luz.

La limpidez se define como la capacidad que tiene un vino para dejar pasar la luz a través suya.
Lo que debemos de ver al analizar esta parte de la fase visual de la cata de un vino es que le vino se presenta sin turbidez, sin partículas en suspensión y que den sensación visual de limpieza.

Para analizar el color de un vino debemos de inclinar la copa, y mirarlo desde arriba con una superficie blanca debajo de la copa. El color del vino quedará definido por el que apreciemos en el centro de la copa.
Es un error bastante común al analizar el color de un vino tumbar la copa, mirarla desde arriba y fijarse únicamente en el color que tiene hacia el final del vino que tenemos la copa, y definirlo según el color que allí vemos. Pero lo que debemos de analizar en esa parte de la copa no es el color, sino el tono (el color se analizará, como hemos nombrado anteriormente, en el centro de la copa).

Para analizar el tono de un vino debemos inclinar también la copa y mirarla desde arriba con una superficie blanca debajo, y el tono se definirá hacia el final del vino que tenemos en la copa.

Para estudiar la lágrima de un vino hacerlo girar dentro de la copa, y cuando paremos quedará definida por el vino que vaya cayendo por las paredes de la copa, que lo hace de manera muy peculiar, como si la copa estuviera llorando.
La lágrima de un vino está producida por la glicerina que contiene ese vino, que es además responsable de darle estructura.La glicerina es un alcohol, luego los vinos con mucha lágrima y muy densa son vinos muy estructurados, con mucha glicerina, por lo tanto muy alcohólicos.


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