Además, favorece la correcta coagulación y disminuye el almacenamiento de lípidos nocivos en las paredes de las arterias en las horas posteriores a una ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas.
A principios de los 80 se demostró que, el vino ofrece mayor protección cardiovascular con respecto a otras bebidas alcohólicas.
Las causas hay que encontrarlas en los altos contenidos de polifenólicos del vino tinto, responsables, entre otras cosas, de la prevención de infartos, cánceres y muertes prematuras.
Componentes del vino y sus efectos:
- Alcohol (etanol): Disminuye el llamado colesterol malo, y aumenta los niveles del colesterol bueno. Aumenta la sensibilidad de las células a la insulina, disminuyendo los factores de riesgo coronario. Limita el almacenamiento de lípidos nocivos en las arterias, favoreciendo el flujo de la sangre. Aumenta el diámetro de las arterias coronarias y minimiza el riesgo de paro circulatorio.
- Salisilatos: Inhiben la adición plaquetaria y tiene un efecto protector contra la vasoconstricción que estrecha el calibre arterial.
- Polifenoles: Multiplican la resistencia capilar, reduciendo el riesgo hemorrágico. Refuerzan la solidez del colágeno, previniendo el riesgo de ateroma. Tiene gran poder antioxidante, combatiendo los radicales libres y retardando el envejecimiento de las células.
- Fibras solubles (pectinas y gomas): Aumenta la presencia de los polifenoles en la sangre. Disminuyen la absorción intestinal de las grasas saturadas.Disminuyen el hiperinsulismo y la insulinoresistencia.
- Glicerol: Disminuye las lesiones de los músculos de las arterias y favorece la dilatación de las misma, limitando los riesgos de trombosis.
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